El 16 de octubre de 1968, en los Juegos Olímpicos celebrados en la Ciudad de México, los dos atletas John Carlos y Tommie Smith dieron el famoso saludo de Poder Negro cuando recibieron sus medallas. Fueron acompañados por el australiano Peter Norman, quien simpatizó con su acción.
Los tres llevaban insignias del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos, encabezado por el sociólogo Harry Edwards, quien había propuesto un boicot a los Juegos.
Al sonar el “Star Spangled Banner”, Smith y Carlos bajaron la cabeza, cerraron los ojos y levantaron el puño, un saludo que salió en todos los medios de comunicación del mundo. Llevaban símbolos de la pobreza y racismo en Estados Unidos y del orgullo negro – guantes y calcetines negros. Smith tenía un paliacate negro en su cuello y Carlos traía su chamarra desabrochada en oposición a las reglas de las Olimpiadas. Llevaba un collar de conchas de abalón para representar “toda la gente linchada, asesinada o arrojada al mar sin que nadie le haya hecho una sola oración”.
Fueron abucheados por la multitud y a instancias del fascista Avery Brundage del Comité Olímpico Internacional, expulsados de los Juegos. (Brundage no había hecho ninguna objeción en contra del saludo nazi durante los Juegos Olímpicos de Berlín.)
Los tres atletas vivieron el ostracismo en sus países respectivos y Smith y Carlos recibieron amenazas de muerte. Sin embargo, encontraron la manera de seguir en el atletismo y mantenían su amistad durante toda la vida. Cuando Peter Norman murió en Melbourne en 2006, John Carlos y Tommie Smith portaron el féretro en su funeral.
Para millones de personas en México y el mundo, su saludo de Poder Negro ahora es apreciado como un importante acto de liberación.
John Carlos y Tommie Smith han expresado su apoyo por los actos anti-racistas de Colin Kaepernick y otros atletas hoy en día.