Por Noelle Hanrahan
Mumia con Noelle después de Audiencia
En un aplazamiento impactante, la Jueza Lucretia Clemons ordenó que la Fiscalía abriera todos sus archivos al equipo de defensa de Mumia Abu-Jamal. Clemons suspendió su dictamen de «intención de desestimar» su petición, diciendo que se pronunciaría en 60-90 días sobre su solicitud para un nuevo juicio.
Hablando directamente a todas las partes desde el estrado, dijo: «No quiero volver a este tema nuevamente. Quiero, de una vez por todas, resolver todos estos asuntos». Antes de su sorprendente directiva que se produjo al final de una audiencia contenciosa, no había indicios de que la Jueza Clemons simpatizara con la concesión de reparación. Sus preguntas sobre el «reclamo de Batson» –específicamente sobre las notas escritas durante el juicio original por el fiscal Joseph McGill quien apuntó la raza de todos los candidatos al jurado– no reflejaron un reconocimiento de la base jurídica del caso Batson v. Kentucky. Eliminar incluso a un integrante del jurado debido a consideraciones raciales es una violación de los derechos de los jurados, y también de los derechos constitucionales del acusado. La jueza parecía pensar, a pesar de la evidencia en contrario, que la Fiscalía de Filadelfia en 1982 era daltónica sin animosidad.
Clemons tampoco renunció a su decisión escrita sobre el «asunto Brady» de que el testimonio de los dos «testigos presenciales» de la Fiscalía, incluso si mintieron, no era necesario, es decir «no material» para la condena, lo que significa que incluso si se les pagara o incentivara por su testimonio, esa información no habría afectado las deliberaciones de ni siquiera un miembro del jurado.
Durante los argumentos, la jueza no investigó las interpretaciones erróneas de la ley y el expediente por parte del fiscal Grady Gervino. Ella no abordó ni expuso sus omisiones. Clemons simplemente eligió no desafiarlo en absoluto.
Por lo tanto, la razón de la amplia orden de presentación de pruebas de la Jueza Clemons invita la especulación. Ella dio a entender que permitir una revisión completa de los archivos de la acusación resolvería todos y cada uno de los problemas de posible evidencia suprimida, por lo que, en su opinión, finalmente cerraría la puerta al caso y le permitiría terminarlo.
El problema con esa teoría es que si alguien se incrimina por asesinato es muy difícil cubrir todos los cabos sueltos. Hace que uno se pregunte: ¿La Jueza Clemons realmente comprende la profundidad y la corrupción generalizada del Departamento de Policía de Filadelfia y Fiscalía anterior? Eran orgullosos de ser hijos de Rizzo, y ciertamente no les importaban los derechos constitucionales de los acusados.
¡Vean esta cinta de capacitación del asistente Fiscal Jack McMahon sobre la eliminación de personas negras de los jurados de Filadelfia! https://www.youtube.com/watch?v=Ag2I-L3mqsQ
Los oficiales de la Fiscalía actual saben y admitirán (pero no en audiencia pública), que la policía durante décadas golpeó brutalmente a víctimas y testigos de manera rutinaria y fabricó confesiones falsas. La policía suprimió las pruebas de inocencia, arregló las escenas del crimen, violó a los informantes, robó bodegas, pagó a los testigos para que testificaran, plantó pruebas y recibió dinero por sus crímenes. Esto estaba en la portada de The Philadelphia Inquirer del sábado, en la parte superior de la página.
Los fiscales y los tribunales de Filadelfia no solo hicieron la vista gorda ante los delitos policiales; de hecho, se coludieron y continúan coludiéndose con la policía para mantener las condenas de la gente negra y morena pobre en Filadelfia. La corrupción policial y fiscal en esta ciudad no es ningún secreto. En este caso, las reglas bizantinas de la Ley de Alivio Posterior a la Condena (PCRA, por sus siglas en inglés) ya han impedido que evidencia clave esté en el expediente ante la Jueza Clemons.*
Ahora queda la pregunta: ¿el ex Fiscal McGill y los detectives mantuvieron notas adicionales que revelan corrupción? Cuando se incrimina a alguien, es muy difícil volver a poner todo eso en la Caja de Pandora de la Policía y la Fiscalía. ¿Entregará la Policía a la Defensa el «Expediente de Homicidios» actual? A menudo, en muchos casos de homicidio, también entregan archivos policiales. ¿Por qué no en este? ¿Qué pretenden ocultar?
Los tribunales y los abogados son solo una parte de lo que se necesita para hacer justicia. Igualmente importante es la capacidad de conectarse con los corazones de aquellos que se unirán a nosotros en la búsqueda de traer Mumia Abu-Jamal a casa con su familia. Ese es nuestro trabajo.
Mumia con nieto Jamal Jr. de Love Not Phear
* Declaración de la Jueza Lucretia Clemons para su nombramiento a la Comisión de Justicia Racial de la Arquidiócesis de Filadelfia, marzo de 2021.
Ninguna de la siguiente información está en el expediente ante la Jueza Clemons. Fue prohibido por los jueces Albert Sabo y Pamela Pryor Dembe.
** Declaración de Terri Maurer Carter. Ella y el Juez Richard Kline escucharon al Juez de Primera Instancia Albert F. Sabo decir: «Voy a ayudarlos a freír el n**ger,” durante la primera semana del juicio de Mumia Abu-Jamal. La Jueza del Tribunal de Primera Instancia Pamela Dembe dictaminó que incluso si Sabo hiciera la declaración, sus fallos no contenían evidencia de discriminación y, por lo tanto, la evidencia no sería material.
*** El taxi de Robert Chobert, y por lo tanto su posición detrás del volante como testigo presencial, no estaba dentro de una línea de visión directa del tiroteo donde el Fiscal Grady Gervino, en el tribunal de esta semana, declaró repetidamente que estaba. Las primeras fotos de la escena del crimen tomadas 10 minutos después del tiroteo por Pedro Polokoff del Philadelphia Bulletin, muestran claramente que no hay taxi detrás del auto del policía Faulkner. Estas fotos no pudieron ser ingresadas en el registro por la regla de la barra de tiempo procesal. Robert Chobert era taxista que conducía con una licencia suspendida; estaba en libertad condicional por haber lanzado un cóctel Molotov en una escuela a cambio de dinero. Esto y su nota pidiéndole a Joseph McGill «el dinero que se le debe» deberían haber sido presentados ante el jurado. Chobert ha dicho a los periodistas que mintió durante el juicio. Nada de esto está en el expediente.
Y Veronica Jones, una trabajadora sexual, declaró en la corte que los oficiales le ofrecieron el mismo trato que le dieron a Cynthia White: trabajar libremente por señalar a Mumia. El juez Albert Sabo determinó que su testimonio no era creíble e hizo que la detuvieron desde el estrado con una vieja orden de detención.
Aquí se ve la versión original en inglés:
Traducción al español Carolina Saldaña