Boletín de Prensa: Eventos en apoyo a Mumia Abu-Jamal

MAJ. FromOneStruggleToAnother

24 de abril de 2021  

Sueño con la libertad. Es la palabra más dulce que jamás haya escuchado y sueño con ella cada noche. Sueño con un país y con un mundo donde la pena de muerte esté sólo en la memoria, donde sea historia. Sueño con la ausencia de rejas, la ausencia de grilletes, la ausencia de la amenaza de muerte…  MAJ

Mumia Abu-Jamal se define como pensador, escritor, activista, ser creativo, hombre, papá, esposo, abuelo e hijo, pero sobre todo “un hombre negro libre viviendo en cautiverio”. Podríamos agregar que es periodista de la radio, autor de 13 libros desde su celda y uno de los presos políticos con mayor reconocimiento en el mundo.

Este 24 de abril de 2021, Mumia cumple 67 años. De ellos, ha pasado 39 años, 4 meses, y 15 días en prisión.

¿Por qué le llamamos preso político? Porque en realidad él está encerrado por su historia como activista con los Panteras Negras,  por ser simpatizante de la Organización MOVE y por sus escritos rebeldes y revolucionarios. Era periodista antes de ir a la prisión y sigue siéndolo. Mumia Abu-Jamal nos ofrece claridad en sus análisis y denuncias del sistema carcelario asesino en Estados Unidos, de la esclavitud que todavía existe en las prisiones, del terror policiaco que devasta a las comunidades negras del país, de la supremacía blanca, y de los crímenes del Imperio de Estados Unidos en el mundo. Es muy solidario con las luchas por justicia en el mundo.

¿De qué le acusan? Del asesinato del policía blanco Daniel Faulkner el 9 de diciembre de 1981 en Filadelfia, un crimen que él no cometió. De hecho, aquella madrugada un  crimen de estado se inició contra él. Al ver a su hermano en un altercado con un agente, corrió a su lado, recibió un balazo, y fue inmediatamente atacado a golpes y patadas por agentes que chocaron su cabeza contra un poste. Sus captores tardaron en llevarlo al hospital donde lo echaron al suelo.   

Debido a la presión ejercida por sus enemigos en la Orden Fraternal de Policía (FOP), el 3 de julio de 1982, Mumia Abu-Jamal fue condenado a muerte en un proceso manchado de racismo en la elección del jurado, testigos amenazados y pagados, una falsa confesión y evidencia oculta al jurado. La primera noche de su juicio la estenógrafa Terri Maurer Carter escuchó al juez racista Albert Sabo decirle a un colega: “Yo les voy a ayudar a freír ese nigger”. Sólo esa declaración debería haber sido suficiente para garantizar su libertad, pero no fue así.

Mumia pasó más de 28 años en el aislamiento del corredor de la muerte en el estado de Pensilvania. Esas condiciones ahora se reconocen como tortura por expertos de derechos humanos y deben ser otro motivo para su liberación inmediata.  

Después de una larga serie de apelaciones, en 2011, su sentencia de muerte fue por fin cambiada a una de cadena perpetua debido a la presión pública ejercida por un amplio movimiento de apoyo en el mundo. Pero en lugar de liberarlo, las autoridades lo obligaron a purgar una sentencia de muerte lenta.

A finales del 2018, Mumia ganó una importante victoria en los tribunales cuando el juez negro Leon Tucker dictaminó que las negaciones a sus apelaciones durante ciertos años reflejaron perjuicio  porque el juez Ron Castille, con el apoyo de la FOP, se había negado a recusarse aun cuando él había procesado a Mumia cuando era el Fiscal de Filadelfia.

Este dictamen permite que Mumia lleve sus apelaciones a los tribunales de nuevo. La FOP y la viuda Maureen Faulkner lograron retrasar las apelaciones con una maniobra jurídica, pero no lograron detenerlas.

También hay otras maneras que Mumia podría salir de prisión. El gobernador Tom Wolf tiene la autoridad de liberarlo por compasión y lo estamos presionando a hacerlo. Otra opción sería que el Fiscal de Filadelfia Larry Krasner dejara de procesar el caso. Él mismo encontró seis cajas de evidencia en un almacén en la Fiscalía a principios de 2019, incluyendo pruebas de su inocencia ocultas para la defensa de Mumia, como requerida por ley. El supuestamente progresista Krasner ha promovido la libertad de otros presos por los mismos motivos, pero se niega a hacerlo para Mumia. Hay que ampliar la presión sobre él.

Desde el 2015, Mumia no sólo tiene sentencia de cadena perpetua. Ahora tiene otra sentencia de muerte, ésta por negligencia médica. Casi murió de hepatitis C antes de que el movimiento lograra tratamiento para él, que también fue un beneficio para otros presos y presas. Sin embargo, tardaron tanto en darle el tratamiento que quedó con cirrosis del hígado. También sufre de la alta presión arterial y una debilitante condición de piel que le da una comezón constante, día y noche. En la enfermería de la prisión Mahanoy, le dieron esteroides, los cuales magnificaron sus problemas.

Ahora, en 2021, Mumia Abu-Jamal está en otra batalla por su vida al ser diagnosticado con COVID e Insuficiencia Cardiaca Congestiva. Al hospitalizarlo, lo han encadenado a su cama, resultando en un extremo sufrimiento, intensificado por el bloqueo de sus llamadas telefónicas a su esposa Wadiya, su asesor médico Dr. Ricardo Alvarez, su consejero espiritual MarkTaylor y sus abogados.  Después de cuatro días cuando nadie sabía dónde estaba Mumia o cómo estaba, tuvo cirugía de corazón abierta y parece que ha sido exitosa. El día después, su esposa Wadiya pudo hablar por teléfono con él, y dice que tuvieron una buena conversación y su voz sonaba fuerte. Pero su vida todavía está en peligro y si hay algo que queda claro es que ¡SU ÚNICO REMEDIO ES LA LIBERTAD!

La lucha por la vida, salud y libertad de Mumia se ha vuelto más urgente en un momento cuando protestas en contra de la violencia policiaca se intensifican. A partir de la fuerte oposición al asesinato de George Floyd en mayo del 2020, activistas han llenado las calles para rechazar esta violencia. En Estados Unidos agentes asesinan a tres personas cada día, y la violencia está especialmente letal en contra de personas negras, incluyendo contra Breonna Taylor, Ahmaud Arbery, Daunte Wright y decenas más.  Además, son raras las veces que haya veredictos que ordenan tiempo en prisión para sus asesinos. Una excepción fue el reciente veredicto en el juicio de Derek Chauvin, el asesino de George Floyd.

El 16 de abril, al temer protestas masivas en caso de un veredicto de inocente para Chauvin, el gobernador de Pensylvania Tom Wolf declaró “un estado de emergencia” y activó a 1,000 agentes de la Guardia Nacional para enviarlos a Filadelfia. Y la jefa de policía en la ciudad, Danielle Outlaw, anunció sus planes para aumentar la presencia policiaca, mencionando  el posible uso de gases lacrimógenos, balas de goma y armas menos letales, aunque declaró  que el derecho a la protesta pacífica sería respetado.

Hay otro aspecto del contexto socio-político que también afecta la lucha por la libertad de Mumia Abu-Jamal. El movimiento por la abolición de prisiones está exigiendo libertad para miles de personas que están en peligro de ser contagiadas por COVID, especialmente las que son mayores de edad. Por lo regular los presos están en situaciones donde no pueden practicar el distanciamiento social y no tienen acceso a buena comida, medicamentos y la oportunidad de descansar. Son los guardias y otros empleados que llevan el coronavirus a los presos. Desde principios de la pandemia, nadie tiene visitas. En Pensilvania, el gobernador Tom Wolf prometió liberar a 1,800 presos pero hasta la fecha ha liberado menos de 200. En varias prisiones los presos han organizado huelgas para protestar su situación de alto riesgo. Por lo menos cuatro presos políticos también han tenido COVID, incluyendo Jalil Muntaqim antes de ganar su libertad el año pasado; Sundiata Acoli, Dr. Mutulu Shakur y Russell Maroon Shoatz.

En medio de las manifestaciones por la abolición de prisiones y policía, información ha salido sobre las empresas que tienen grandes ganancias a costo de las personas encarceladas y sus familias. En su artículo “Follow the Money” (Seguir el Dinero), Cindy Williams reporta sobre algunas de ellas.

Aramark vende comidas de baja calidad y mal preparadas por $.99 USD cada porción.

Keefe Group y Oasis Management Systems operan los comisariados que venden junk food para suplementar las comidas de Aramark. Por lo regular los precios son más altos que los cobrados en tiendas afuera de las prisiones, mientras los presos ganan tan poco como $.19 cada hora, y en los estados de Tejas, Alabama y Georgia no ganan nada.

Wellpath y Corizon son dos de las corporaciones contraídas para dar atención médica a un paciente que paga $5.00 cada visita.  Su remedio más común es aspirina; venden 10 por $5.00 adicional.

Securus Technologies, controla el servicio telefónico en las prisiones de muchos estados, donde cobran precios altísimos por minuto.  

 

Agradecemos la presencia de todas y todos en los eventos de hoy. Después de la Conferencia de Prensa en la Embajada, saldrá la Rodada por la Libertad, y a las 2 pm nos veremos en el Café Zapata Vive para una tarde de palabra, música, arte y videos por la libertad de Mumia Abu-Jamal.

Y mientras tanto, dejamos este diálogo tomado del libro El Aula y La Celda  por los autores Marc Lamont Hill y Mumia Abu-Jamal.

Marc: ¿Qué tan seguido piensas en la muerte?

Mumia: Todos los días.

Marc: ¿Te da miedo?

Mumia: Tienes que vivir sin temor porque no controlas la muerte.

Marc: ¿Nunca tienes el impulso de darte por vencido?

Mumia: ¡Oh no! Soy el hombre más ocupado que conozco.

Marc: Pero no es sólo la cantidad de trabajo que haces. Eres parte de algo más grande ¿no?

Mumia: Marc, la lucha contra la pena de muerte es más grande que yo. La lucha contra el complejo industrial carcelario es más grande que yo. La lucha por la justicia social es más grande que yo. Y éstas continuarán después de que me vaya. La lucha sigue. Lo importante es saber de qué lado estás.