Lynne Stewart, una brillante y entusiasta abogada defensora, tiene una trayectoria que sería la envidia de muchos abogados. Es una abogada que realmente pelea por sus clientes. Y generalmente los lleva a casa. Ella ha batallado para ganar unos de los casos más importantes en la historia de Nueva York, triunfando sobre el Estado muchas veces.
Después de representar al clérigo egipcio Omar Abdel-Rahman, ella fue acusada de los delitos de conspiración y de proveer apoyo material a terroristas por atreverse a hablar públicamente en su defensa y comunicar sus ideas al público. Fue encontrada culpable y después de perder una apelación, sentenciada a 10 años en una prisión federal e inhabilitada para el ejercicio de la abogacía.
Lynne, a la edad de 73, es una sobreviviente de cáncer de mama, y recientemente el cáncer ha regresado. El tratamiento que recibe en prisión es, por decir lo menos, lejos de ser óptimo. La condena de 10 años dictada por el Segundo Tribunal de Circuito de Apelaciones de Estados Unidos ––un aumento sobre su sentencia original de 28 meses––, bien puede ser una sentencia de muerte para una valiente y brillante abogada defensora de altos principios quien ha sido una pesadilla para el Estado desde el primer momento en que ella entró en la sala de un juzgado.
Andrew Napolitano, un ex juez y colaborador conservador de Fox TV, ha llamado la condena de Stewart “una victoria perversa para el Departamento de Justicia y una parodia de la justicia, diseñada a intimidar a todos los abogados para que no defiendan vigorosamente los intereses de sus clientes”.
Para enterarse de cómo puedes ayudar a ganar justicia para Lynne Stewart, consulten su página: lynnestewart.org.
Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.
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